Sin duda, el factor primordial que atrajo a la República de Roma a Hispania fueron la riqueza de sus minas, riquezas que atrajeron previamente a los cartagineses. Los principales yacimientos mineros se encuentran actualmente ubicados en la sierra de Cartagena-La Unión y Mazarrón, y fueron explotados sin pausa hasta el siglo I de nuestra era. Roma, dotándose del trabajo esclavo en masa,
(Estrabón cita en 40 mil esclavos trabajando en las minas) explotó las minas de Cartagena tanto en galerías subterráneas como a cielo abierto.
Borrado su anterior nombre cartaginés (Qrt Hadâsht) y rebautizada como Carthago Nova, la ciudad portuaria fue convirtiéndose poco a poco en uno de los enclaves romanos más preeminentes de toda Hispania, siéndole concedido el estatus de municipium. Mucho más tarde, en el 44 a.C. la ciudad sería ascendida al rango de colonia por el emperador Augusto con el nombre de Colonia Vrbs lulia Nova Carthago, C.V.I.N.C.
Carthago Nova se encuentra entre las ciudades privilegiadas de toda la región, un auténtico Urbi et orbi, símbolo de la cultura del Imperio, lo que exigía una distinción cuidadosa entre espacios públicos, como el foro, y los privados.
Son muchos los restos arqueológicos que nos muestran el esplendor que una vez brilló en la ciudad: su teatro, uno de los más grandes de Hispania, el anfiteatro de tiempos de la dinastía Flavia, el augusteum donde se reunían los sacerdotes, y el foro romano, con el templo dedicado a la tríada capitolina de Júpiter, Juno y Minerva, el Decumanus máximus de la ciudad, las termas...
El Museo Arqueológico de Murcia cuenta con una excepcional maqueta de la ciudad de Carthago Nova, elaborada con un realismo y detalle únicos:
El Museo Arqueológico de Murcia cuenta con una excepcional maqueta de la ciudad de Carthago Nova, elaborada con un realismo y detalle únicos:
Maqueta de Carthago Nova, Museo Arqueológico de Murcia |
Maqueta de Carthago Nova, Museo Arqueológico de Murcia |
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